#Cuéntalo, la oleada de denuncias en Instagram contra el abuso sexual
- Estereotipo Writter
- 27 may 2018
- 10 Min. de lectura
Actualizado: 28 may 2018
REPORTAJE
Juanfra Álvarez I Ariadna Congost I Mariona Jiménez I Anna Martínez
Barcelona, 28 de mayo de 2018
Una de las críticas más recurrentes del filósofo, orador y “gurú del sexo” Osho ha sido siempre la dualidad de las personas que, por consecuente, se transifere a todos los ámbitos de la vida. Algo similar son las redes sociales: armas de doble filo.
Así pues, hay dos posturas claras ante las redes sociales (y la tecnología, en general): la fobia y la filia. Hay quien se opone a las redes sociales: critica tanto sus propiedades formales (los algoritmos, las preferencias, las burbujas informativas…) como sus propiedades situacionales (la posible adicción, la dependencia, el aislamiento social, la creación de identidades ficticias, etc.) Pero si algo es cierto es que las redes sociales también han sido herramientas clave para la visibilización de hechos, acontecimientos y proyectos con mensajes necesarios. Algo así como un instrumento de contrapoder.
Redes como instrumentos de contrapoder
Hace menos de un mes se inició una revolución virtual contra una serie de fotógrafos españoles que habían incomodado, acosado y abusado a algunas de las modelos con las que trabajaban. Este movimiento, iniciado por Margalida Maria -la modelo que inició esta oleada de denuncias haciedo público el caso del “follógrafo” madrileño Danilson Gomes, más conocido como @longshoots_- empoderó a todas esas mujeres que se habían visto sometidas a situaciones similares a hablar. Margalida consiguió que en menos de dos días Instagram se llenara de acusaciones demostradas en las stories de la plataforma (publicaciones con caducidad de 24h) e incluso que se abrieran cuentas como @follógrafos_espana para continuar con el destape. Todo este movimiento, seguido por chicas que compartían las pruebas de víctimas y testigos de forma anónima se trasladó también al ámbito musical.
Cuentas como @musicos_agresores o @no_tan_antifas fueron las primeras en visibilizar este tipo de actitudes machistas dentro de la música. Entre los acusados se encuentran el cantante de trap Kid Keo, DJ Khaled, Carles Caselles de Smoking Souls, Mikel de la banda IZAL; el vocalista de Txarango, Alguer Miquel, o el dulzaina de Obrint Pas, Miquel Gironès. Entre otros motivos, se acusaban a estos artistas de insistir para mantener relaciones sexuales con fans (algunas de ellas menores), de ofenderse e infravalorar a la mujer ante el rechazo o de no entender que #noesno.
Algunos de los implicados en estas acusaciones alegaron que eran hechos antiguos y que actualmente estaban más concienciados con el movimiento feminista, otros pidieron disculpas públicamente y otros ni siquiera se pronunciaron.
A pesar de que el movimiento, encabezado por hastags como #cuéntalo, #yotecreo o #metoo, recibió un enorme apoyo tanto por parte del colectivo femenino como muchísimos hombres, aparecieron -por desgracia y como de costumbre- aquellas voces que cuestionan a las víctimas. ¿Por qué no hiciste nada? ¿Por qué le “seguiste el rollo”? Y si tan incómoda estabas, ¿por qué no te fuiste? ¿Por qué no lo contasteis antes? Y algo mucho más básico aún: ¿qué consideramos acoso y qué no?
Esta es la respuesta de la activista Nerea de las Heras, con su “feminismo para torpes”:
Casos concretos
A.D, una víctima del acoso de Mikel, miembro de la banda IZAL nos cuenta que nunca dijo nada por miedo a que no la creyeran. “¿Por qué alguien famoso iba a querer ligar conmigo? Me hubieran dicho que soy una flipada, que no era para tanto, o que era mi paranoia, que realmente él no estaba haciendo nada.”
"A lo largo de mi madurez e identificándome con el feminismo, me he dado cuenta de todas las situaciones de abuso a las que me he expuesto y no he contado por miedo a que me dijeran que soy una exagerada. Porqué es así, la culpa siempre es nuestra", nos comenta.
El sentimiento de culpa y el miedo a ser juzgadas son dos emociones que comparten muchas de las mujeres que se han visto sometidas a agresiones y abusos. Es por eso que muchas de ellas permanecen en silencio hasta que se sienten suficientemente fuertes y seguras para hablar.
(A.D) "Esto era un secreto a voces, todas lo sabíamos, todas lo habíamos hablado, pero no hemos dicho nada en público hasta ahora. Las mujeres siempre somos cuestionadas cuando denunciamos el acoso de algún hombre. "
Si lo decimos al principio, somos unas locas exageradas, nos hacen creer que eso solo nos ha pasado a nosotras y que ha sido por nuestra culpa. Si esperamos para decirlo todas juntas después de años y meses, nos dicen que por qué no lo hemos dicho antes. No lo hemos dicho antes porque no nos hemos sentido con fuerzas. “Ahora todas nos hemos unido y hemos tenido el valor suficiente para alzar la voz y convertir ese secreto a voces en un grito”. Declara la instagramer @mami.mer0 en un artículo para la revista VICE.
"Hemos sido educadas socialmente para creer que la mayoría de comportamientos depredadores por parte de los hombres son la norma habitual." añade Andrea Mena (@hydratada), compañera de algunas de las chicas afectadas por el caso de Longshoots.
Un ejemplo de protesta se refleja el pasado mes de agosto durante la fiesta mayor del barrio de Sants, donde decenas de personas, la mayoría de ellas del colectivo feminista La Trama, boicotearon la actuación del grupo Itaca Band, alegando una supuesta agresión sexual de su cantante Albert Garcia (@albertitaca).
Días más tarde el grupo emitió un comunicado oficial narrando un incidente ocurrido en 2014 en una discoteca de Cerdanyola del Vallés que creían que podía ser el origen del conflicto. El grupo explicó que el cantante accedió al lavabo de chicas para hacer una broma a unas acompañantes que iban con ellos, algo que no gustó a otras personas que en ese momento estaban allí.
Según la banda, allí empezó una discusión dialéctica que se trasladó más tarde a la pista. “Albert quedó acorralado en un rincón de la sala, por lo que el cantante empujó a las chicas con la intención de salir de allí y poner punto y final a la discusión”. Por su parte el colectivo La Trama emitió otro comunicado en que se reafirmaba y aseguraban que distintas mujeres fueron víctimas de una agresión machista por parte del cantante.
Pero este fenómeno no es nada nuevo. Hace unos meses, el youtuber, actor y cantante de rap Jordi Wild (@jordiwild8) fue acusado de machismo tras la publicación del vídeoclip de su canción “Hasta que arda” en la que se oyen frases como "me dicen que después vienen amigas de esta tía, que encima están tremendas, ¡alguna va a ser mía!" o "buenas noches señorita, muy buenas tetas, por cierto". Acusado de promover el consumo de drogas, la violencia y la discriminación sexista, tres días después de la publicación del vídeo se vio obligado a subir un vídeo a su canal de YouTube dando explicaciones.
Porqué cuando un artista o referente social tiene actitudes sexistas -racistas, xenófobas, especistas o de lo contrario, reivindicativas y opuestas a lo establecido- no sólo crea una mala imagen de sí mismo, sino que con su discurso influencia a su público.

"La música es un instrumento de expresión. A través de ella podemos mostrar cómo somos, cómo nos sentimos, qué pensamos y evidentemente eso va a tocarle el alma a quien lo escuche. Alguien va a sentirse identificado y a otro le dará igual, pero vamos a influir sobre aquel al que le importe. Por eso me asustan las letras del reggaetón: porqué del mismo modo que nosotros queremos educar los oídos de nuestros seguidores con mensajes antiespecistas y pacíficos, este género “educa” los oídos de sus fans con mensajes machistas, obscenos y denigrantes." Declara Oriol, el organizador de conciertos y batería de la banda Acid Snot.
"Por eso me da miedo que se destapen casos de cantantes y miembros de bandas acusados de abuso sexual: no por el hecho de que lo hagan -que también, aunque no me sorprende- sino porqué están siendo un ejemplo para miles de jóvenes." añade.
Y es que "los abusos no entienden de géneros musicales", con estas palabras nos habla el cantante de la banda SR (prefieren mantener su anonimato), que el pasado 3 de marzo expulsó de un concierto en el que tocaba a un chico acusado de violencia de género. "No queremos “actitudes de mierda” en nuestros bolos, así que no podíamos tolerar que hubiera un machista agresor. Si escuchas nuestras canciones, ya sabes de qué palo vamos, y vamos a ser fieles a nuestros ideales." nos cuenta.
Salimos a la calle
¿Conocen los jóvenes de Barcelona los casos de abuso sexual del panorama musical español?
Centro de Barcelona, siete de la tarde de un sábado cualquiera. Salimos a la calle micrófono y cámara en mano para conocer qué opinan los jóvenes sobre los últimos casos de abuso sexual en el mundo de la música. Las calles, repletas de visitantes y residentes de la ciudad condal, nos brindan la oportunidad de hablar con todo tipo de gentes, sin filtros, sin estereotipos.
Muchas de las personas que encontramos, desconocen lo ocurrido, quizás por dejadez o desconexión, o quizás, por falta de difusión del hecho en cuestión en medios convencionales. Sin embargo, conociendo o no el caso, la mayoría de jóvenes rechazan y condenan el acoso o abuso de chicas en el círculo de la música y afirman que quedarían muy decepcionados si alguno de sus grupos favoritos fuera acusado de algo así.
Al entrar en la plaza Castilla, multitud de jóvenes llenan la calle. La música suena desde las cuerdas de una guitarra callejera, y entre el ambiente nos llama la atención un chico y una chica sentados en el muro central de la explanada. Ella se presenta como Sonia de Lírios, él como el rapero Kopak. Tras una charla con ambos, nos insisten en la multitud de campañas de acoso pero en este caso a artísitas.
“Las denuncias falsas y los bulos que circulan por ahí no ayudan en definitiva a los casos reales, que son los que sí necesitan atención y difusión. Si la persona tiene pruebas, perfecto para mi ese artísta estará muerto, pero si todo son habladurias y campañas de acoso por presuntos hechos no probados, para mi es quitarle el pan de cada día al artista”, nos comenta Kopak.
“¿Dejarias de escuchar a tu grupo o cantante favorito tras enterarte de que han o ha cometido un delito de abuso sexual?”
Muchos de ellos, coinciden en que las redes sociales sí han sido un gran avance y un pilar fundamental para que muchas informaciones trasciendan de forma viral. Otros, nos confiesan que no todo el mundo ejerce un buen uso y que nos perjudican en muchos aspectos de nuestra vida diaria.
Este último es el caso de Noemí, una cántabra de veintisiete años estudiante de Educiación Social, que sin ser usuaria habitual de Instagram, critica la exposición diaria y el conocido ya como “postureo” al que se someten los "igers".
"El hecho de estar siempre localizados y expuestos constantemente es una forma de control, y sin saberlo estamos cediendo nuestra propia privacidad”.
Como Noemí, otros jóvenes durante nuestro paseo nos reconocen el problema que las redes pueden suponer para generaciones futuras. Cada vez, se hace más evidente el uso de redes entre menores de 15 años. Adolescentes que creecerán entre filtros, likes, stories y el mundo paralelo de los followers. Para algunos solo un pasatiempo, para otros toda una obsesión.
Inés y Clara, amigas y estudiantes nos comentan lo importante que es para todos aquellos adíctos a las redes las publicaciones o canciones de sus ídolos, artístas, y en definitiva la actividad que llevan a cabo en las redes los líderes sociales. La masa de seguidores que arrastran, la mayoria menores de 20 años, quieren parecerse a ellos y, en consecuencia, seguirán pautas o conductas que socialmente esten reconocidas o asociadas al personaje admirado.
Reggeaton sí o no
Quizás este es uno de los géneros musicales más polémicos del momento. Coches caros, mujeres de 90-60-90, poca ropa, playa, sol, fiesta y alcohol. Este podría ser un resumen secuencial de cualquier videoclip de reggeaton. ¿Cual es la fórmula del éxito de este fenomeno musical? ¿Qué piensan los jóvenes barceloneses?
Entre las fuentes de Plaza Cataluña conocemos a Júlia, una madrileña de veinticínco años, que reconoce escuchar reggeaton ante nuestra pregunta sobre que le parece este género urbano que domina la listas de Spotify. “No voy a ser hipócrita, claro que salgo y bailo reggeton, creo que todo el mundo lo ha hecho alguna vez. Pero sus letras atentan contra la dignidad de la mujer, son explícitas y a veces solo sigo el ritmo, hasta que me paro y pienso ¿qué, pero que está diciendo?”
Como ella, muchas de las chicas que entrevistamos afirman que bailan y escuchan reggeton, pero no por sus letras obscenas, sino por el ritmo que las acompaña. “Son pegadizas, las ponen en la discoteca y las vas escuchando por todas partes, es imposible que no calen al final”, nos comenta Anna, estudiante de Comunicación Audivisual a las puertas de la Universidad Blanquerna.
¿Y tú, qué piensas del reggeaton?
En contexto
En este contexto de denuncia y erradicación de la violencia machista, el Ayuntamiento de Barcelona creó el pasado mes de febrero un protocolo para actuar contra las agresiones y el acoso sexual en los espacios de ocio nocturno privado. De momento se han unido al protocolo 9 salas de ocio nocturno y los 3 principales festivales de música de la ciudad: el Cruïlla, el Sónar y el Primavera Sound.
El protocolo da unas indicaciones claras sobre cómo actuar en caso de producirse acoso o agresión sexual en el interior de estos espacios. El personal de las salas ha recibido formación por parte del Ayuntamiento para saber qué se considera abuso, entre otras instrucciones. Otra de las medidas es evitar criterios discriminatorios o sexistas para el acceso a la sala y erradicar la diferencia de precios según el sexo.
Ada Colau asegura que "con este protocolo hacemos un paso más para la corresponsabilidad de toda la sociedad".
"No callamos como ciudad delante de ningún abuso sexual ni violencia machista. Esperamos que inspire a más ciudades, ya que no puede haber impunidad"
La encuesta de violencia machista de Cataluña 2016 muestra que los intentos de violación y violaciones se producen fundamentalmente en casas particulares y en el espacio público, mientras que los tocamientos con o sin violencia se producen sobre todo en el espacio público, en el transporte público y en los espacios de ocio. El 55,52% de los tocamientos sexuales con violencia se dieron en el espacio público y el 29,29% en espacios de ocio.
Para finalizar y despedirnos, recordamos lo importante que es que estos sucesos salgan a la luz y dejen de suceder y se den respuestas a ellos. Como ejemplo, el verano pasado se anunció la cancelación de la edición de este 2018 del festival musical más grande de Suecia, el Bråvalla, a causa del elevado número de violaciones y agresiones sexuales registradas en tan solo los 4 días que duró el festival. En concreto fueron 4 violaciones y 23 denuncias por agresiones sexuales. Meses más tarde se confirmó que la edición de este año sí se celebrará pero no podrán acudir hombres al festival, de esta manera se convertirá en el primer festival de rock sin hombres de Suecia.
Para saber más:
· Un festival de música sueco prohibirá el acceso a hombres en 2018. AQUÍ
· Denúncias producidas en las stories de Instagram. --> VISITA NUESTRA GALERIA
· Los escándalos de acoso sexual llegan a la música alternativa. AQUÍ
· Boicotean un concierto de Itaca Band en la fiesta mayor de Sants. AQUÍ
· Primavera Sound, contra las agresiones sexuales se une al protocolo ‘No Callem’
· Protocolo para actuar contra las agresiones sexuales en espacios de ocio nocturno
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